jueves, 11 de octubre de 2012

¿PROHIBIMOS LOS HUMANOS EN PLAYAS Y PARQUES?

        
            Mis perros, como la mayoría, nunca hacen botellón, por ello no manchan los parques y plazas con tetra-briks de vino barato, ni con latas de cerveza, ni restos de Mc Donalds, ni con botellas de vidrio que luego se estallan contra el suelo haciéndolas añicos con el consiguiente peligro de que se puedan cortar niños, adultos y animales; mis perros no fuman y por ello no ensucian las aceras con colillas; mis perros no saben encender cerillas o mecheros y por ello no prenden contenedores de diverso vertido (papel, vidrio, plástico) ubicados en las calles; mis perros no rompen los bancos ni las farolas del alumbrado público; ni vomitan en donde les apetece por ir etílicamente “colocados”, porque mis perros son abstemios; ni pintan graffitis en las paredes que les viene en gana; ni echan escupitajos que volando por el aire luego van al suelo, o quizá se estampan contra algún viandante despistado; ni sueltan chicles que se pegan en las superficies como lapas, incrementando el coste de la limpieza pública; ni el día de regatas suben al monte Urgull a ensuciarlo; ni emponzoñan superficies en las fiestas de Semana Grande porque no va a los conciertos ni a las txoznas hasta altas horas de la madrugada.

          Este texto está copiado de internet, pero me parece una reflexión interesante.

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